jueves, 25 de septiembre de 2014

Eres canción


"Sin música la vida sería un error"

Eres canción. Como una lágrima que resbala por la mejilla hasta deshacerse en la piel, acaricias lo más profundo de mí, de otro, de todos. Eres canción, música alegre que danza juguetona haciendo brillar las luces más oscuras. Dulce melodía olvidada que vuelve una vez y otra. Desapareces y, sin previo aviso regresas. 

Eres canción. Canción profunda y sentida. Canción que abraza y asfixia, que ríe y llora. Felicidad y tristeza, siempre de la mano como el yin y el yang. Dulce canción que no para, que no se oye pero siempre presente, atenta a la necesidad. Envuélveme en tu ritmo alocado de corcheas y semifusas.

Eres canción. Lo eres que no suenes, aunque estés muda. Eres canción, siempre sonando, siempre gritando a ritmo de mi corazón. Envuélveme, abrázame, entra en mí y  hazme, también a mí, canción eterna.

*Steve Lee, in memoriam.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Yo decreto


"I'll take my life back from where the rain grows"

Decreto que es un punto y final. Sí, un punto y final a ansiedades y emociones dañinas. Decreto que a partir de hoy no habrá más personas tóxicas a mi alrededor, pues más vale un adiós y buena vida a un quédate a mi lado mientras mi hieres. Decreto que nada ni nadie podrá hacerme daño, pues debo ser y seré el dueño de mi vida y de mí mismo. Decreto que a partir de hoy el cielo será más azul, el sol más cálido y la lluvia más divertida.


Hoy decreto que voy a buscarme y no pararé hasta que me encuentre, y que disfrutaré de cada paso del camino. Decreto que recorreré ese camino hacia mi interior, hacia mi propio yo, hacia mi verdad y mi propia esencia, recorreré ese camino hacia ese yo que sigue escondido, envuelto en capas de falsos yoes que han luchado por sobrevivir. No, ese no soy yo, eso ha sido supervivencia. Y yo decreto que la super puede desaparecer.

Decreto que el universo entero se pondrá a mi servicio para guiarme y señalarme el camino. Decreto que las estrellas brillarán más intensamente y la brisa fresca vendrá en verano. Decreto que a partir de hoy el mundo, la tierra y su vida serán un mundo, una tierra y una vida más auténtica, más pura. Menos egoísta, individual y superflua.

Decreto que hoy es un punto y final, pese a quien pese, le guste a quien le guste y le moleste a quien le moleste.

Decreto que hoy el universo está a mi servicio, porque estoy cansado de vivir como hasta ahora.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Casablanca





  "El problema de mi vida ha sido que siempre he sido un adicto al caos"

Casablanca. Diez millones de personas, aproximadamente, en la mayor ciudad de todo el continente. Modernismo y tradición chocando. Coches, tráfico y pitidos. Pitidos crueles. Pitidos irritantes y continuos que ensordecen el horizonte de ira y estrés. Un sinfín de coches que llenan la mezquita y te transportan hasta la antigua medina, donde cientos de mercantes te persiguen a grito de habibi. Caos, bullicio y colapso. Más barato que Mercadona, sea un abrigo, una alfombra o aceite de argano nacido de semillas de girasol.

Casablanca, centro de negocios e industria de todo un continente y principal foco de ruido. De ese ruido que no solo se oye, se siente.

Yo no quiero ser Casablanca. Yo quiero ser un pequeño oasis en lo más profundo del desierto.

martes, 9 de septiembre de 2014

La razón


"All rivers run towards de sea but the sea is never full"

Siente como el viento te golpea. En lo alto del acantilado tan solo puedes mirar hacia abajo, hacia el agua azul intenso que te llama. “ven, ven, sumérgete en mis aguas profundas y purificantes”. La oyes dentro de ti mismo, tu corazón de lo gritas. “Ven, ven y sumérgete en mis aguas”. Pero prefieres mirar al frente y cruzar por el puente de madera. Es lo sensato, es lo lógico, es lo que la razón indica.

Te llama la jungla, con su salvaje grito. Estás a miles de kilómetros, pero sientes como te atrae, como te grita, como te invita a descubrir sus misterios y los tuyos. Un paso, tan solo el primero es el difícil, luego sabes que todo irá bien. La jungla salvaje y feroz, misteriosa y peligrosa. Pero decides irte a una playa concurrida y bien preparada para cualquier necesidad trivial que pueda surgirte. Es lo sensato, lo lógico. Es lo que la razón indica.

Te llama la eternidad, aquello más allá de la muerte. Te llaman las estrellas, la luz y la oscuridad. Tan solo tienes que creer, que sentir, que escucharte. Pero decides seguir como hasta ahora, mirando la muerte de refilón y temiéndola como a los monstruos bajo la cama. Al fin y al cabo, es lo sensato, lo lógico. Es lo que la razón te indica. 

viernes, 5 de septiembre de 2014

Sumisión



"La mentira no para de ofrecerte planes, y tú sigues esos planes, malgastando tu vida"

El trono no es más que un símbolo, una silla a la que le otorgas poder, riqueza y sumisión. No es más que una silla, pero la anhelas, te anclas, suspiras y mueres por sentarte en ella. La quieres. La necesitas. Sin ella no serás tú, no te habrás completado, no te habrás realizado y, más que el éxito, el fracaso se habrá apoderado de ti. Un símbolo, una silla.

Como el animal que eres, la bestia que hay en ti. Domínala, duérmela. Reprímela. Sólo así, asesinando tu tú más auténtico, serás tú. Viste bien, sé respetable, sé educado y todos los domingos, sin falta, a misa de doce, no vaya a ser que piensen mal de ti. ¿Qué importa lo que seas, quien seas, lo que realmente quieras? Lo importante es lo que digan de ti. Eso, y nada más, serás tú. Y recuerda que el chocolate engorda y tú estás a dieta. Reprímela. Reprímela. Reprímete.

Más y más. Más dinero, mejor trabajo para tener una televisión más grande y un coche más caro. Aguanta la ansiedad y llena el vacío de tu estómago con otra cena en el de cuatro estrellas Michelin, aunque el vacío seguirá. Tú eres lo que los otros ven, así que esfuérzate en que vean lo mejor. ¿Qué importa quién seas? Quieres el trono. Necesitas sentarte en él. Quieres la sumisión que  te ata.